Son las 19’14 y Trini nos da la bienvenida al V Gesto Diocesano contra la Crisis. Con el salón de actos de la Casa de la Iglesia lleno el ambiente es inmejorable para compartir esta iniciativa solidaria. Javier nos pone en rumbo del significado de este evento: una acción de crítica ante la situación actual vivido con sentimiento de esperanza y de oportunidad para crecer y unir corazones. Tras repasar los lemas de las ediciones anteriores, llegamos al actual: “Primero, los últimos”. Destaca sobre todo dos ideas: el ideal de igualdad divina y la convicción de que hoy otro mundo es posible desde los últimos. Las respuestas que estamos dando para salir de la crisis están dejando a gente al borde de los caminos, por lo que se ve necesario recordarlos y ponerlos en medio con este Gesto.
El recorrido del gesto de este año comenzó recogiendo los rostros de la crisis. Rostros que todos conocemos y con los que compartimos nuestra vida que se han visto afectados por la situación en que estamos inmersos. Unos cuestionarios enviados a diversos grupos y movimientos ayudaron a reflexionar sobre las propuestas individuales que llevamos a cabo para ayudar los necesitados. En marzo, una vigilia oración nos hizo poner ante Dios a los afectados. Hoy, haciéndonos conscientes de la realidad de crisis, concluiremos con un compromiso a nivel diocesano con los últimos, los olvidados, los afectados.
Comenzamos con unos vídeos que derrochan inocencia: los chavales de primaria del colegio Santo Domingo de Silos nos hablan de cómo ven ellos la crisis, cómo la afrontan y cómo la entienden. Sus “lágrimas de colores” nos cuentan situaciones conocidas por ellos que merecen una solución: desahucios, dificultades a la hora de pagar las deudas, familias sin recursos, paro… Realidades que también ellos sufren y que desde sus posibilidades ayudan a remediar. Algunas perlas de estos niños: “primero, la felicidad; el dinero no lo es todo” y “si haces el bien en tu corazón te sentirás mejor”. Relatos de injusticias que en la voz de un niño suenan aún más absurdas y aberrantes. Con la esperanza de que otro mundo es posible, seguimos compartiendo.
Javier nos anuncia que entramos en el momento fuerte de la tarde. Cuatro testimonios, cuatro rostros concretos, cuatro personas nos van a contar sus situaciones. La primera protagonista es Emili, senegalesa de 32 años, casada y con dos hijos. Su familia fue desahuciada y llevan ya tiempo en el paro. Pese a las dificultades, no se rinden. Cuando pudieron, ayudaron a gente que, como ellos, venían a buscar nuevas oportunidades. Ahora que sufren penurias miran al futuro con esperanza y la confianza de que se puede salir. Emili nos cuenta su historia, desde que vino con su madre a España, se trasladó a Zaragoza hace 12 años, compraron una vivienda y cómo “nunca hubo ningún problema”. En 2009 su marido se quedó sin trabajo. Sin posibilidad de encontrar nuevo trabajo y sin capacidad de encontrar una solución para su hipoteca, se vieron obligados a realizar venta ambulante para salir adelante. Tras mucho tiempo sin una solución, les embargaron el piso y les dejaron una deuda de más de 400.000€. Ahora se ven en la misma situación pues, aunque pese a la ayuda de amigos han podido entrar en un nuevo piso, ya llevan dos meses sin pagar. Emili sufre insomnio y eso está afectando a su embarazo. Tiene problemas de tensión y si sigue así…
Con la voz entrecortada cuenta cómo una vecina suya, colaboradora de Cáritas, le está ayudando a salir adelante. El apoyo y el cariño recibido por esta persona y su marido es lo que le hace seguir caminando. Ve muy oscuro su futuro ya que, pese a buscar, no encuentra ninguna oportunidad. Siempre ha pensado en sus hijos, en ofrecerles unos estudios, un futuro mejor, pero… No puede seguir. Trini le agradece su esfuerzo, su generosidad al compartir su historia. Con palabras de cariño y apoyo le pregunta qué es lo que nosotros podríamos hacer, con qué nos debemos quedar esta tarde. Ella lo único que quiere es encontrar trabajo, ganarse la vida, esforzarse… Las ayudas no duran. Lo que quiere es llegar a casa y ofrecerles a sus hijos el fruto del esfuerzo suyo y de su marido.
Unos momentos de reflexión acompañados de la presentación en diapositivas de más situaciones de la crisis dan paso al siguiente testimonio. Mariajosé, de 44 años, con una hija y una nieta, se vio obligada a abandonar su piso de alquiler y volver a casa de su madre. Ahí viven las cuatro, con la pensión de viudedad de su madre y con un bebé del que cuidar. En esta ocasión el testimonio es a través de un vídeo. No encuentra trabajo y con lo poco que tienen van tirando. A la dificultad económica se suma la frustración y la ansiedad de no ver una salida a esta situación y sufrir para salir adelante. Reclama una mayor atención hacia los trabajadores, que se mire por el que sufre.
Un nuevo intermedio para pasar al siguiente rostro de la crisis. Alfredo, de 38 años, con tres hijos y cuatro años en paro, nos cuenta su experiencia. Antes de la crisis trabajo como fontanero, pintor… Pero desde que empezó la crisis no ha encontrado empleo. Agotó todas las ayudas que le correspondían y se ha visto obligado a pedir dinero y comida a sus padres. Nos cuenta que desde hace un tiempo participa en el Itinerario de Inserción Laboral de Cáritas. Reconoce lo mucho que le ha ayudado a nivel laboral y personal y agradece el esfuerzo de todas las personas que se preocupan por él y su futuro.
Tras otro intermedio, Trini invita a Santos a subir a la tarima para contarnos su situación. Es nicaragüense y lleva 6 años viviendo en Zaragoza. No tiene papeles pero siempre ha podido trabajar… hasta el 2011. Un año después de su llegada su pareja vino a España. Nació su hijo y su mujer se quedó sin empleo. Salieron adelante con media jornada de trabajo de Santos y, desde que su mujer se regularizó, trabaja también a media jornada. Se les hace difícil sacar adelante a su familia y pagar el colegio de su hijo. Tras tres intentos de regularizarse no lo ha logrado, con 250€ de gasto que supone cada intento. Se le saltan las lágrimas al hablar de la impotencia que siente al oír a su hijo pedirle algo que necesita y no poder dárselo. Trini le pregunta por las muletas con las que ha llegado, momento en el cual Santos cuenta cómo se enteró de que su tarjeta de la Seguridad Social había sido dada de baja. Al acudir a emergencias tras un accidente sufrido se vio obligado a firmar un compromiso de pago por la atención que fuera a recibir. Tras volver a la consulta y tener que firmar dicho compromiso de nuevo, están a la espera de que les llegue el cobro, al cual no podrán hacer frente. Por no poder pagar su tratamiento, en dos meses y medio de estar escayolado pudo tratarse diez días. Su único deseo es trabajar y darle un futuro a su hijo, pero tras seis años en España ve su futuro lleno de oscuridad. Si no se regulariza no podrá trabajar, pero no puede hacer frente al gasto que supone intentarlo. Si no salimos de la crisis no ve esperanzas para su futuro y el de su hijo. Nos llama a ayudarnos unos a otros, a ver las necesidades ajenas y a luchar por salir de esta situación.
Un último vídeo con testimonios anónimos nos acercan nuevas realidades. Empresas de integración que se han visto obligadas a cerrar debido a la falta de subvenciones. Situaciones de crisis económica a la que se suman períodos de mala salud y falta de acceso a la sanidad. Recortes en educación que ponen en la calle a maestros e impiden la contratación de nuevos trabajadores. Titulados universitarios que no pueden acceder a un empleo por falta de experiencia o exceso de cualificación. Buena gente que se ve privada de una oportunidad para trabajar y salir adelante pero que no renuncia a la esperanza y la buena fe. Médicos que ven día a día cómo llegan niños con diarreas a la consulta porque sus padres no pueden comprarles leche adecuada. Horarios de trabajo excesivos y exigencias fuera de toda lógica. Frustración por no poder hacer nada para ayudar a los seres queridos…
Para finalizar el tiempo en el salón de actos, don Manuel se dirige a nosotros. Nos habla desde la conciencia de la situación y el compromiso con los casos de injusticia. Nos insta a ver estas experiencias desde la fe: ésta nos hace ver a los demás como hermanos que sufren y necesitan nuestro apoyo, imagen viva de Dios, independientemente de su condición, nacionalidad, opinión o creencia. “¿Cuando te vimos hambriento, sediento… y no te socorrimos? Cuando no lo hicisteis con uno de estos pequeños”. Jesús mismo nos llama a comprometernos con las realidades de nuestros prójimos. La Iglesia de fe es samaritana que vive la caridad. “Sin la caridad, la fe se queda sin fruto; la caridad sin fe es una llama vacilante”. Clara llamada a vivir la fe con compromiso y el compromiso como camino de fe fruto de la voluntad de Dios. Los creyentes hemos de asociarnos entre nosotros y con otras asociaciones para entrar en la realidad ajena y hacer de cada vida una imagen del deseo de Dios de que todos seamos felices viviendo en el amor. El mensaje cristiano ha hecho mucho en el camino de la caridad. Y ya, con algo de prisa por el retraso en el horario…
Javier nos cuenta lo siguiente:
"En el recorrido de este gesto a través de estos meses, una de las realidades que más se han repetido es el drama de los desahucios. Por eso, en la coordinadora del Gesto hemos tenido claro desde el principio que la acción solidaria debería ir referida a este tema. Hemos barajado varias posibilidades; lo que ya se está haciendo, tanto aquí como en otras diócesis, lo que está suponiendo el trabajo de Cáritas en este campo, la implicación de colectivos de Iglesia en las plataformas de denuncia y de apoyo a los que sufren esa situación, etc. Al final nos planteamos que partiendo de que la respuesta a estas situaciones han de darla las instituciones públicas, nos parecía importante que en esta ocasión, desde la Iglesia apoyemos las propuestas que se llevan adelante desde lo público. Una vez estudiados los distintos procedimientos, nos planteamos que una de nuestras posibilidades es participar en el proyecto “Zaragoza Alquila” de la sociedad municipal Zaragoza Vivienda. Hay mucho que hacer aún para ponerlo en marcha, pero el compromiso del Gesto con D. Manuel, nuestro Arzobispo, es ponernos a preparar de manera conjunta la propuesta concreta en estos meses para poder hacerlo realidad lo antes posible”.
No nos pueden presentar el proyecto en estos momentos debido al gran trabajo que queda por hacer pero nos instan a estar atentos para colaborar en la medida que podamos. Y para concluir el Gesto, Trini nos invita a presenciar una recreación a cargo de Fila Cero en la plaza de La Seo. Un acto cargado de simbolismo en el que se nos anima a, pese a las malas noticias que leemos en el periódico día a día, hagamos “vuestro” lo “nuestro” y sintamos “nuestro pueblo” como “vuestro pueblo”. Y como broche final, una gran verdad: “el Gesto empieza ahora”.
Tomado de Nacho Millän: http://deceroa.wordpress.com/2013/05/11/v-gesto-diocesano-contra-la-crisis/